jueves, 8 de septiembre de 2011

CUIDADO

Alguna vez has caminado solo por un pasillo de tu casa en la noche o madrugada, cuando todo esta oscuro, y has sentido que hay algo detras de ti que te sigue? No alguien, sino algo. Como una cosa que quiere que te voltees, porque si no te volteas, no puede hacerte nada...

La mayoria de las veces si te volteas, no habra nada ahy, pero cuidado... que tal si hay algo ahy?

Hacia El Norte

Mi nombre es Matilde y vivo en la tierra blanca del norte. Donde los días y las noches rara vez se encuentran, la nieve nunca desaparece y el frio jamás se va.

Al igual que muchos, he vivido aquí toda mi vida, y al igual que todos los demás, nunca me podre ir.

No siempre fue así. Los ancianos siempre han hablado de cómo era todo antes. Todos conocemos la historia de nuestros antepasados; de como habitaban y dominaban el planeta.  Ellos vivían en lugares calurosos. Sus vidas eran más fáciles; no tenían que cazar o pescar para conseguir comida ni emigrar en ciertas épocas del año. Y así fue por mucho tiempo, hasta que llegaron “Ellos”.
Nadie sabe de dónde vinieron o porque, pero rápidamente, las criaturas invadieron todas las naciones del hombre. Eran depredadores, y la humanidad su presa. Nuestros antepasados trataron de pelear, pero eran demasiados. Los pocos que sobrevivieron tuvieron que escapar hacia aquí, hacia el norte, hacia la única debilidad de esas alimañas; el frio.

En un principio fue terrible. Nuestros antepasados eran demasiados en un lugar que no permitía a tantos. La comida era escasa y las luchas por conseguirla eran interminables. Millones murieron asesinados; hombres, mujeres, niños. Todo para que algunos pocos pudieran sobrevivir y continuar. Después de un tiempo hubo paz y los que quedaron lograron adaptarse.

Nuestra vida no es fácil; pescamos y cazamos para vivir pero cada invierno la nieve nos amenaza brutalmente y enfermarse puede significar la muerte. A nadie se le permite tener hijos sin el permiso del clan. Si esto pasa, uno de los padres debe dar la vida para permitir que el niño viva. Pero aunque quisiéramos, no podemos irnos, porque esos demonios dominan el resto del mundo ahora.
Cuando llega el invierno la nieve viaja hacia el sur, lo que obliga a algunos de los bichos a emigrar. Es entonces cuando algunos de nosotros descendemos hacia el antiguo mundo. Al lugar que los hombres del pasado llamaban “ciudad”.

Ahí buscamos alimento o cualquier cosa que nos pueda servir. Yo busco libros, para leer y aprender todo lo que pueda del mundo que dejamos atrás y que ahora está en ruinas.

Hace tres años, durante unos de los viajes, un hombre se alejó del grupo para descender un poco más. El volvió días después con la pierna herida; había sido herido por uno de los monstruos. En el camino de vuelta la herida empeoro y comenzó a hincharse de forma horrible. Una noche estábamos yo y mi padre haciéndole compañía cuando él dijo que tenía que salir de la tienda para tomar aire. Afuera se estaba formando una tormenta por lo cual me pareció extraño, sin embargo, no proteste. El hombre se alejó del campamento y nunca lo volvimos a ver.
Hasta hace poco yo nunca había visto uno de estos parásitos más que en dibujos. Eso cambio ayer, cuando yo y mi compañero Vlad, salimos en búsqueda de dos cazadores que no habían vuelto ese día.

Cuando los encontramos estaban  muertos, pero no estaban solos, una de esas malditas cosas estaba sobre ellos. Y por fin lo vi, era un ser bastante grotesco; era muy grande, pero delgado y largo, en su espalda había dos grandes alas que se movían increíblemente rápido y con las cuales se mantenía a cierta distancia sobre el suelo. Su cabeza era redonda y en ella solo podía ver dos grandes ojos rojos. No tenía brazos ni piernas y en la base de su cuerpo había un gran aguijón que estaba incrustado en el cuerpo de unos de los cazadores. Pero lo que más me sorprendió fue su piel. No era oscura como me habían dicho, era blanca, casi como la nieve.
Estábamos a más de seis metros y sin embargo podía oír el sonido de la sangre que el engendro succionaba del cadáver del cazador. Me quede inmóvil por unos segundos hasta que Vlad reacciono y mato a la cosa de un flechazo en la cabeza.

Tomamos los tres cadáveres y los llevamos de vuelta a la aldea. Ahora todos están aterrorizados. Yo también, porque aunque no lo quiera admitir, sé que este es solo el principio, si uno puede adaptarse, otros podrán también.  Por eso escribo esto, porque no sé si mañana estaré viva para hacerlo.  
Sé que las criaturas vendrán a acabar con lo que empezaron. Escribo esto para cualquiera que lo encuentre, ya sea un sobreviviente o el hijo de sobrevivientes. Sea lo que estés haciendo, continua; sobrevive y lucha.

Y si de alguna forma puedes acabar con ellos; adelante. Mata a todos los que puedas.
Escribo estas palabras en la que creo que es la fecha:

08 de septiembre del 2097.

lunes, 5 de septiembre de 2011

El Hombre Que Viajaba

Esta es la historia de un pequeño pueblo en algún lugar del pasado, eran los treintas y el pueblo estaba pasando por momentos difíciles.

Un día, un hombre rico llamado Henry llego al pueblo y comenzó a comprar todo tipo de cosas, de todas las tiendas y pequeños negocios. Henry era un hombre amable y simpático, pero parecía tener mucha prisa por hacer todo esto y luego irse.

Llegó la noche y con ella una lluvia muy fuerte, la gente del pueblo trataron de convencer a Henry para que pasara la noche en el hotel local, ya que estaba lloviendo muy fuerte. Incluso trataron de detenerlo cuando él insistió, lo cual molesto a Henry. Henry les dijo que lo dejaran ir o que algo malo pasaría. Lo dejaron ir, y en el camino hacia la carretera otro auto chocó contra el Rolls Royce de Henry.

Esto no lo mató, sólo lo dejó inconsciente y tuvo que pasar la noche en el hospital local. A la mañana siguiente se despertó, y casi inmediatamente se levantó y salió de la habitación.

Afuera, el personal del hospital entero estaba muerto, al igual que todos en el pueblo. Henry cayó de rodillas y sólo gritó: "¡Oh, Dios mío, volvió a pasar!"